No era frecuente que una simple chica, de un pequeño poblado en un país del sur, se paseara como una reina por las calles del centro de Milán... observando, palpando, a ojos grandes y abismados, la grandeza de una ciudad antigua que observaba sus pasos; estupefacta, muda y sonriente sólo podía creer que estaba en una fantasía abrupta, producto de sus ansias por llegar a alguna cima... alguna que le permitiera ver el mundo desde arriba, desde una perspectiva distinta a la que prometía su entorno natal. Fue entonces cuando un celaje rápido pasó frente a ella, un puñado de rosas amarillas estaban a su merced, un papel amarillo brillante las envolvían mientras eran sostenidas por él. Un amor que desde lejos fue naciendo y llevando a la realidad cada letra escrita en aquel puñado de cartas... se habían conocido hacían ya 3 años, no había forma de saber el desenlace sino a través de uno de estos encuentros, uno más real. "-¿Acaso son mías? No lo puedo creer..." fue su respuesta seguida de un par de parpadeos involuntarios... era su color, eran sus flores, era su instante mágico; había una plaza entera mirando, había una luna llena de testigo y un montón de nervios, pero era normal para una chica del sur que no había esperado ser el centro de "algo". En el fondo sabía que había algo especial en todo eso... El Duomo sirvió de escenario para aquella obra, para aquel momento perfecto, que aunque con muchos de cerca, solo era de dos.
"-Te podría traer todas las que quieras" afirmó él. "-¿O piensas que no sería capaz?"
Ella sonriendo ocultó sus ojos entre sus manos y no podía dejar de creer estar soñando... No era normal para una chica del sur.
"-¿Me dejas besarte?" Y ella asintiendo se percató de que ya era más que tarde... estaba atrapada en un momento irrepetible, en una emoción que difícilmente podría recrear.
Caminaron toda la noche recorriendo la ciudad nocturna del encanto... un café, un par de manos, pasos lentos, miradas entrelazadas que adornaban la mágica noche de Milán. La noche de ella.
"-Es más de lo que pensé". Suspiró.
No hay comentarios:
Publicar un comentario